Tres semanas de mi regreso a mi tierra, a mi casa, a mi sociedad. Esa sociedad que no para quieta, que corre siempre, y en la que parece no haber tiempo ni espacio para centrarse en una misma. En desconectar. Cada vez hay más cursos y actividades enfocadas a quemar, a adelgazar, a subir ese nivel de endorfinas que el trabajo sólo consume sin producir de nuevas. Qué le pasa a la sociedad actual? porque hay tanta gente enganchada a los deportes de riesgo? porque hay tanta gente enganchada a las pastillas ? porque hay tanta gente que se siente perdida y sin aliento? porque hay algunas personas que acabamos cogiendo la mochila y un vuelo sin planificar nada? para reencontrarnos? para descubrirnos? para sentir? Para dejarnos llevar sin presiones por lo que dicta nuestro corazón más que por lo que toca segun la presion social? Hay tanta información al alcance con un simple click de pulgar que parece que lo sabemos todo, y que nada está ya por descubrir pero cuando nos preguntan, quien eres? nos quedamos en blanco sin poder construir ni una sola frase de nuestra verdadera persona. Sabemos perfectamente como nos ven, nos etiquetan y nos juzgan o definen los demás pero ....y nosotros mismos? Somos cracks cumpliendo lo que la sociedad espera de nosotros y hacemos las cosas casi por inercia, sin questionarnos el porque, pero nos sentimos perdidos cuando nos preguntan y tu qué sientes? qué necesitas para ser feliz? para sentirte en paz y serenidad interior? Erróneamente, la mayoría dirige su mirada a lo externo más que a lo que necesita su interior, Así que espera encontrar esa calma interna en cosas materiales. Cosas, que caducan y se deterioran y así crean otra necesidad, la de necesitar otra cosa más para hallar esa felicidad, calmar esa pulsión interna, que sólo tiene la respuesta dentro de nosotros mismos. Pero claro, mirar hacia fuera siempre resulta mucho más fácil y así evitamos darnos cuenta que el trabajo sólo está en nuestras manos y dentro de nosotros. Y el esfuerzo, aunque es el doble de laborioso, también tiene una recompensa mucho más intensa y perecedera en el tiempo.
Sociedad, que nos quieres engañar para tenernos controlados, para que no pensemos, para que no sintamos distinto a tu camino marcado, para que vivamos dentro de un miedo continuo y el que opina es castrado para que no anime a las masas, porque así, los pocos que la dirigen, o que creen dirigirla, mantienen a las masas controladas y en silencio.
Pero confío en que cada día haya más gente con esa necesidad o pulsión interior que no le deje quedarse estático y que necesite sacar esa energía en forma de proyecto personal y para los demás, y entonces, poco a poco podremos cambiar algunos de los valores que hoy en día goviernan nuestra sociedad occidental y que cada día chocan con personas como yo que buscamos algo más. Mucho más que valores materiales que empobrecen el espíritu y distraen las mentes de lo importante: amar, sentir, expresar,compartir,escuchar, observar, valorar y agradecer. Porque estamos de paso, en este camino que es la vida y sólo uno mismo es el responsable de hacerse cargo de sí mismo y de cómo desea vivirla. Algo que, después de un viaje como este, y en un momento en el que siento que rechazo lo que tengo delante ahora, me cuesta no olvidarlo. Acceptar que ahora ésta es la realidad pero que sólo yo puedo mirarla desde otro prisma y cambiar lo que desee obtener de ella. Pero para ello, es necesario darse el permiso de sentir rechazo, de sentir el duelo por un proyecto que acabó para poder dar paso a otros nuevos que seguro me van a enriquecer.
Dicen que siempre que puedas te lleves un libro, para hacer de tu tiempo el uso que desees. Aquí, en la consulta del médico donde parece que las horas las regalan o los dias tienen 26 , yo decido llenar mi tiempo, el de espera, escribiendo y escuchando jazz. Así que cada uno escoje con que color pinta su realidad.
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