Despedidas, encuentros y reencuentros

        

Hoy desde este pueblo más refinado, después de una noche de concierto y de alguna que otra cervecita y cena en un Warung (restaurante local balinés) me despierto con el estómago un poco del revés. La comida está rica pero yo , después de tanto tiempo en ruta, a veces me creo que ya soy una local más de la zona y la confianza a veces me traiciona, para comer de todo en todos los lugares. Así pues, hoy me estoy dando cuenta que hay salsas que igual es mejor dejarlas para la gente de aquí de verdad.

Desde este patio, enmedio de gallinas y gallos, sentada en lo que ellos llaman "glabac" (tarima de madera con tejado y que siempre se halla en el medio del jardín de las casas balinesas) montando mis quillas para una sesión más de surfing, voy recordando las experiencias vividas esta primera semana en la isla. Después de 7 días compartiendo aventuras,hoy me despido de Will. Es curioso el apego y afecto que le coges a la gente con la que comparte un pedacito de tu trip. Con la que convives durante x tiempo, te das soporte mutuo, decides en equipo dónde seguir la ruta, el precio de los alojamientos, la comida que cenar , o una buena sesión de surf  y alguna que otra birra. Me da una sensación de vacío en el estómago y como de melancolía cada vez que alguien, con quien he estado compartiendo tanto, se marcha. Entonces me toca, hacer un "reset" más para volver a centrarme en mi, y volver a preguntarme por dónde me apetece seguir el camino. Volver a abrirme a más gente nueva y saber que apareceran otra vez, esas preguntas (ya un poco cansinas) de : de dónde eres? cuanto tiempo llevas viajando? cuanto te queda? etc... que al final acaba formando parte de un guión automatizado.

Despedirse de la gente, es uno de los aprendizajes más intensos de este viaje, para mí. Aprender a apegarse y desapegarse. A compartir durante un periodo sensaciones super intensas y sentir, a esa gente que vas conociendo, como parte de tu familia, pues acaban siendo tus mejores aliados, les cojes mucho afecto y, sin darte cuenta, pasas a tener una mágica complicidad que te da arrope y tranquilidad cuando viajas solo. Y luego, la despedida. Soltarlos y agradecer todo lo que con ellos has compartido. Soltar y dejar ir, para mi éste es uno de los aprendizajes más interesantes de este viaje.

                         

Encuentros y reencuentros, son otra de la tónica del viaje. Encontrate a gente que es nueva y que aprendes a descubrir pasando unas horas, unos días ... compartiendo las nuevas experiencias que te va ofreciendo cada lugar y luego también están los reencuentros con gente que hace tiempo que no ves y que se te cruzan en una parte del camino (como será el caso de mi compi Miguel) o de la gente con la que has coincidido en algun otro momento del trip y que vuelves a unirte con ella ahora. Al final es un fluir de idas y venidas, de encuentros y despedidas, de juntarte y alejarte, de apegarse y desapegarse. En resumen, un let it go contínuo que sin darme cuenta, cada vez me resulta más natural y menos dramático. Y en parte, es lo más natural de la vida. Aprender a no apegarse a nada.