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miércoles, 27 de agosto de 2014

Entre nubes...


        

Otro vuelo más. Éste dirección a Bangkok. Llevo despierta desde las 6 de la mañana y aún no he parado. No se ni que hora es porque según Australia son las 9pm según KL son las 6,30pm y segun BKK no tengo ni la menor idea. He pagado con los 10 ringgits que me quedaban en el aeropuerto y ahora con 50 dólares australianos, seran mi moneda a cambiar en el aeropuerto de BKK para tomar un taxi hasta el hotel. Hotel? diós! no recuerdo la última vez que dormí en un hotel! Mi alojamiento durante todo el trip ha sido a base de cabanas, de casas particulares o de colchones bajo tejado... y hoy dormiré en una habitación de hotel? Se me va a hacer hasta raro. Sin compartir, sin utilizar mi saco ni tener que utilizar mi toalla del decathlon que dobalda queda diminuta pero lo que se dice secar, seca más bien poco. Se me hace raro pero a la vez, después de estos 4m de trote, de no parar ,me apetce pasar las dos últimas noches en una buena cama, con agua caliente y poder descansar  y preparame para la vuelta. Volver a la "rutina", a reencontrarme con mi família y mi gente, y darle un achuchón a mi perro que, igual ya ni se acuerda de mí.

Incluso, me apetece hasta estar estos dos días yo sola por la city, la crazy city de BKK. Pasear, entrar a algun templo, saborear la comida tailandesa y descansar sin pensar en visitar nada. Sin tener que pensar ni siquiera en tener que hablar con nadie si no me apetece.

       

Mis amigas me dicen que pare, pero en el fondo, mi cabeza ya está pensando en una escapada de surf antes de volver al trabajo. No lo se pero sólo pensar en volver a un horario, a unas normas y a una rutina sin tiempo libre, como desearía... me asfixia. Paciencia supongo, y saborear lo que me ofrece mi tierra, que en parte, también la echo de menos. Sobretodo a mi gente i el "caliu" que hay en Catalunya.

Catalunya? madre cada vez más cerca de mi regreso, a unas cuantas horas y sentada en mi "last plane" dirección Barcelona con escala en Istambul donde me encontraré com Miguel, mi compi del cole y que regresa desde Japón. Esta mañana y con tanto lío de horas y de paises (pasando de Australia a Kuala y luego Bangkok, para terminar en el horario de casa, que ya no se ni cual es) no dormí casi nada. Lo intenté pero a eso de las 6 estaba ya sentada en el extremo de la cama con los ojos como dos platos! Después de un café instantáneo y una ducha rápida cogí el taxi que me llevaría hasta el aeropuerto de Bangkok. Ahora aquí sentada en el avión, una vez más, pienso en que han pasado 4 meses. Hace exactamente 119 días que estaba sentada en mi primer avión del trip que me dejaría en medio de la primera ciudad asiática. Recuerdo perfectamente, como si fuera ahora, la sensación que tuve, entre perdida y preguntándome, qué hacía yo allí sola con 4m por delante. 

Curioso cómo te cambia la percepción de las situaciones cuando te dejas llevar y te insertas en las culturas y en el fluir del viaje! Ayer mismo, moviéndome por la ciudad, la sensación era totalmente distinta! Es más, echaba de menos esos olores, la sonrisa de las gentes, esos "bargaining" por cualquier cosa y por céntimos de euro! Esos colores vivos y variados por todos lados, esas calles desorganizadas y sin sentido aparente alguno, y ese caos entre personas, animales, tráfico...me encanta! Me hace sentir viva! Aunque Australia me encantó y me gustaría regresar para hacer otro trip o incluso algun proyecto, Ásia tiene un color y una vida que no está en occidente!


 
 
                                                                  

Ésta vez estuve sola los dos días y me encantó! Tener tiempo para escuharme sólo a mí, hacer lo que deseo en todo momento, sin tener que depender de nadie, sin tener que dar explicaciones de ningún tipo, comiendo sin esperas, parándome para tirar fotos sin hacer esperar, sin tener que estar pendiente nada más que de mí misma. Una gozada! Y lo mejor, tener tiempo para observar sin necesidad de hablar! Volver a relacionarme con la gente local que siguen aportándome tanto! Ayer mismo, antes de regresar al hotel para darme un chapuzón nocturno en la piscina, me regalé uno de esos masajes tailandeses que al momento te dejan cao pero al día siguiente te aligeran. Y la misma masajista se ofreció a llevarme a una tienda local para encontrar el aceite de coco que tanto quería conseguir a un precio, más que aceptable! Andamos por las calles, me explicó cosas de su negocio y de los beneficios del coco y al llegar a la tienda compramos cuatro cosas antes de volver paseando. Qué sonrisa y qué hospitalidad que tiene esta gente! Había olvidado ese saludo budista que todos acompañan de una reverencia cuando dan las grácias! 


              

 

Tengo una mezcla considerable de sensaciones y emociones, muy distintas a las que sentía cuando iniciaba el viaje. Es curioso , cómo con el tiempo te acabas adaptando a todo lo que en un principio te resulta complejo y un mega esfuerzo! Ahora en parte, me da pena volver, no porque no tenga ganas de ver a mi gente, sino porque ahora estaba en ese punto en el que los cambios y las decisiones y el explorar no me suponen nada extra, sino al totalmente natural y un enriquecimiento diario. Encuentro normal dormir en una casa y luego al cabo de dos días en otra, en un sofá o en una cama compartida, a 40 grados y con ventilador o a 15 sin calefacción. Al final, acabas utilizando todos los recursos (que a veces no crees ni que tienes) para buscar soluciones a cualquier imprevisto (que son muchos). Estar receptiva y abierta a todos los acontecimientos acogiéndolos con el mayor positivismo. Una de las cosas que aprendes en este tipo de viajes en solitario, es a confiar y creer en tí misma. Esos miedos e inseguridades que tenemos, en los momentos límites acaban desapareciendo por supervivencia y entonces, te das cuenta de lo que eres capaz. Hecho, que dentro del centro de confort nunca pasa, a no ser que te pongas a prueba!


                


Diez horas por delante, sólo en el primer vuelo! Perfecto para poder hacer un "review" de las culturas por las que he pasado y de los aprendizajes y sensaciones con las que me quedo. Todas ellas, muy positivas y enriquecedoras. Espero poder afrontar con la misma actitud la vida en Barcelona y modelarla a mi nueva situación. El otro día Marta me decía que con el tiempo , todo lo vivido se realza y el efecto es realmente constructivo. He vivido en estos meses lo que no he vivido en casa en los últimos años! Y aunque debo decir que no es nada fácil  viajar sola, de un lado a otro , sin parar,  cambiando tanto de culturas, horarios, tomando decisiones, conociendo y despidiéndote de la gente y de los sitios... ojalá, todo el mundo pudiera elegir o cruzara sus miedos para poder tener esta oportunidad. Dicen que la vida es todo lo que ocurre mientras pensamos... podemos elegir vivirla o seguir pensando. 

Y cómo dice Robin Sharma: " The real secret of a life of abundance is to stop spending your days searching for security and to start spending your time pursuing opportunity ", porque "fracasar" no es más que aprender a ganar. Por eso, en lugar de quedarnos en lo conocido y seguro, salir fuera de la zona de control nos abre a nuevas oportunidades. Y como diríamos en Catalunya: " qui no arrisca, no pisca"!

        


                                               












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