Le llaman la Costa Dorada

                                                 

Qué puedo decir de esta costa, La llamada costa dorada? Una costa que va de norte a mitad del este de Australia. Tres noches que me han pasado volando. Descansando y aprovechando para recuperar parte de mi energía. Esa energía que se comía los países, las culturas y las experiencias con los ojos como platos.

Poco puedo decir de esta tierra. Es todo tan previsible que me cuesta despertar sorpresa. Ese estado de sorpresa que he mantenido a lo largo del trip, que me dejaba sin aliento y exprimiendo el momento presente. Aquí se han sumado varios factores: el frío (estamos en invierno, como un otoño de BArcelona), el cansancio (sobretodo después de la passa de estómago de Lombok) y el chocque cultural, que más que un choque es un no sorpresa, no salsa, no caos, no ruidos... es plano. Algo que en parte buscaba en muchos momentos del trip, pero que ahora no me acaba de llenar.

                 

Estoy en casa de unas personas maravillosas, Sab y Amanda. Dos australianos que estubieron en mi casa antes de navidad y que ahora me han abierto su casa, su calor y su vida diária. Estoy donde tengo que estar, aunque mi parte reblede y de aventura quiera seguir con más. Después de unos días mala del estómago y baja de energía , no podría estar en mejor sitio. Después de 3m estoy saboreando una cama limpia, sin compartir, duchas de agua caliente y silencio para despertarme a las 12 del mediodía. No podria ser en un mejor lugar y entre gente conocida. Thanks guys for your hospitability!

               

Sab es un tipo bien divertido. Arquitecto, que tiene su propio horario y su hobbie preferido a sólo dos zancadas de la puerta de casa, el surf. Ayer entubimos pedaleando en búsqueda de un trage de neopreno para mí dado que el agua ha enfriado unos cuantos grados respecto a Indo. Así que aunque lo intentamos no había nada y menos de mi talla. Qué grandotas son las chicas de aquí!

             

                 

Esta mañana nos levantamos los tres, sin prisa, y con el bol de cereales orgánicos hechos por Sab nos dirigimos a desyunar a la playa. Allí intercambiamos experiencias de viaje, y me hice una idea de la vida que ellos llevan aquí y de cómo son, parte de los austrlianos. Muy lejos del estilo estresante español, para ellos currar es para pagar sus facturas dado que después de ello tienen una vida a parte centrada en la naturaleza y el compartir.

          

Esta pareja son de lo más tranquilos, hoy pedaleando a comprar verduras y fruta me di cuenta de su día a día. Sab se lo monta super bien y a parte de surfear cada mañana se monta los proyectos desde casa según le va bien. Amanda, amante de la comida orgánica y sana le encanta concinar y dedica un buen rato por la mañana y otro por la noche a preparar comida deliciosa, sana y hecha con mucho cariño. Lo digo por experiéncia propia.

Se que necesito unos días para adaptarme a la nueva cultura. Es curioso, que ésta que es tan parecida a la de casa sea la que más me está costando adaptarme. En parte se que el cambio de clima radical me ha matado pero me doy cuenta que este país representa el final de my trip. La última parada de mi trayecto antes de regresar a casa. Vuelvo sin más souvernirs que una mochila llena de recuerdos y de experiencias, de vivencias que me han tocado bien adentro y que como hablábamos con Ceci, hasta que no llegue a mi rutina no me daré cuenta de todo lo vivido.

Australia, espero poder descubrirte y sacar lo más positivo de mi mini estancia. Espero poder volver a fluir y a impregnarme por todo lo que me puedes ofrecer, aunque igual, culturalmente, no me resultes tan interesante como otros sitios en los que he estado. Igual porque me recuerdas más a lo que ya conozco. Occidente.

       

Me alegro, porque he descubierto algo que desconocía. Ásia me ha encandilado y me ha hecho sacar lo mejor de mi misma, y eso es un regalo para mí alma y para la gente con la que he compartido pedacitos de mi viaje.